.: Tu bien, conoces el camino :.

Estos meses, no son buenos meses...
Llenos de perdidas de gente, unas definitivas... y otras espero que de periodo transitorio.
Hace unos meses, te leía las cosas que te escribía aquí, te emocionabas como te valoraba.

Hace poco...
Achacas la culpa a la rutina, a que el dinero no puede darnos un cambio como antes.
Jugábamos al billar, nos sonreíamos, yo perdía a los bolos, la visita rápida a Toledo, dimos paseos, vimos cortilandia, e incluso fuimos al cine... Todo era perfecto. Hasta que parecíamos un matrimonio en casa, y eso, a los dos nos daba miedo, pero sin dinero...

Hemos sido los dos estúpidos, no lo hemos regado... Tampoco hemos podido.

Tenemos la oportunidad de ser amigos, de ir viendo... tu afirmas con la cabeza y lagrimas en los ojos, yo te digo conteniendo todo, que no es el momento. Mi madre dijo que nos diéramos tiempo. (Mi madre, no se equivoca, y también dijo que no era el momento, que yo no estoy en mi mejor etapa.)

De momento guardamos las distancias, ni nos llamamos...

Yo busco tu coche en la puerta de tu casa y no esta... Se que intentas evadirte y no pensar.
Se que te duele tanto como a mi...
Ha sido mejor pararlo aquí, que seguir haciendonos daño

Es mejor esperar, ser paciente, y ver, lo que yo se... que eres el hombre de mi vida.

He tenido miles de relaciones, puedo saber miles de cosas, puedo ser una licenciada en corazones cosidos, y con un master en rupturas, a cambio de dolor, y sufrimiento. Pero hacia años que no perdía tanto el apetito, mi cuerpo desfallecía, perdía la fuerza, era como si mi cuerpo ya no tuviera ganas de vivir. Saco a los perros y veo el banco donde fue nuestro primer beso y donde estan las iniciales nuestras y la fecha de ese primer beso. Y rompo a llorar.

Has sido mi mayor ilusión, mi mayor sueño...
Mi mayor dolor, mi mayor sufrimiento... Jamás había sufrido tanto por amor. Porque realmente se que me amas como yo te amo a ti.

Ojalá, sea pasajero, ojalá pienses igual de verdad... Que no es el momento.

Igual, no lo leeras... quizás ni te acuerdes de este rincón, del cual derramastes lágrimas de emoción, y hoy a la noche en tu almohada, como yo lo hago con la mia.