¿Qué hombre no ha soñado alguna vez, caminar entre la multitud, agarrado a la cintura de una despampanante chica con curvas suaves y perfectas, con cara de ángel, con pechos redondos, perfectos, y labios jugosos?
Si algo aprendí, es saber jugar mis fichas, saber moverme, saber cual es la demanda de ellos, y cual es el prototipo de mujer.
Hay muchos hombres, que buscan eso, para el gozar el morbo, la provocación, el placer del sexo, jugar a ese juego que les hace adictos como si fueran ludopatas, o drogadictos, de algo que hace evadir la mente un instante, y sentirse afortunado de ese momento, ese instante.
Las mujeres, muchas de nosotras inocentes, buscando el amor verdadero, el cariño, el respeto, e incluso los detalles pequeños que nos ponen una sonrisa en la cara y un bien estar. Buscamos fidelidad, sexo con amor, pasión delicadeza...
Hoy entendí, que el hombre no busca lo mismo en una mujer... (Por lo menos la inmensa mayoría.)
Hoy mi corazón se partió en dos, al escuchar tantas cosas que nos separan las mujeres de los hombres.
Ahora me queda claro, que todo este tiempo dando tumbos... he sido un capricho.
He sido la mujer con cara de ángel, de curvas suaves, y labios dulces.
He sido aquella con la que prometían tanto, y después se fijaban en otra, en la mas provocativa, atrevida, en la que continuamente tiraban la caña.
Esto que tengo ya no me gusta, y voy a lo nuevo.
Me he sentido como unos zapatos viejos, como unas gafas pasadas de moda...
Y tengo miedo, mucho miedo... Que con mi rubio sea igual.
No confio, no me fio...
Quizá las mujeres debemos empezar a pensar que la vida no es un cuento de hadas, bodas y arras.
Hace 13 años
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